Normalmente tendemos a reaccionar ante el comportamiento con el que no estamos de acuerdo de las personas. De alguna forma sentimos que se agrede alguno de nuestros valores fundamentales; valores que por otra parte hemos aprendido en nuestra familia de origen. Y esa “agresión” a nuestros valores nos hace reaccionar.
En relación con los hijos no va a ser menos. El ser padre te coloca en una posición de poder en el que por regla general te ves en posesión de la verdad. Crees que tu forma de ver la vida es la que deberían tener tus hijos. Si eres una persona insegura y con miedo al futuro, que piensa que el mundo es un sitio peligroso; esa será la información que le pasaras a tus hijos y pensarás que les estás ayudando, protegiendo.
Sientes que el comportamiento de tu hij@ “debe” ajustarse a esos valores que ambos progenitores traéis de vuestra infancia; de lo contrario os sentís culpables, malos padres.
Tu forma de educar va a estar dirigido por tus propios miedos e inseguridades; por esas necesidades que tuviste de pequeñ@ y tus progenitores no pudieron satisfacer…Realmente habla de ti, de tu subjetividad y forma de ver la vida.
Bert Hellinger, el “padre” de las Constelaciones Familiares nos habla de la importancia de dejar atrás los valores de origen, recibidos en la infancia, cuando empezamos una nueva familia; para de esa forma construir valores nuevos en la pareja que puedan ser transmitidos a los hij@s. Algunos coincidirán pero otros deben ser nuevos creados expresamente por ambos padres y que representen a los dos y ese nuevo sistema familiar.
Por ello es importante el autoconocimiento para poder identificar esos valores con los que venimos y hacen que el comportamiento de los hij@s nos enfade.
Para ello existe una herramienta muy potente, el Eneagrama, que permite conocernos a nosotros mismos; nuestros deseos y necesidades más profundas, nuestras carencias y nuestras limitaciones. Conociendo las diferentes personalidades y cómo reaccionan, qué les molesta, qué necesitan, etc, nos permite ser más comprensivos y compasivos con los demás y de esa forma mejorar nuestra relación con el otro.
Cada comportamiento de los hij@s esconde una necesidad que necesita ser vista. Se trata aquí, que como padres, aprendemos a observar y atender esa necesidad para, de esa forma cambiar ese comportamiento. En la paternidad convencional lo que se pretende es corregir el comportamiento del hij@ porque de alguna forma se piensa que es un “ser defectuoso” que debemos corregir y hacer a nuestra imagen y semejanza. Mientras que en la paternidad consciente se entiende que el hij@ es un ser individual con unos deseos y necesidades al que hay que atender y motivar para que saque su máximo potencial. Se respeta esa individualidad del hij@ sin pretender cambiarlo para que se ajuste a nuestros patrones.
El Eneagrama explica que hay 9 diferentes tipos de personalidad en el ser humano. Identificar cuál es el nuestro y el de nuestros hij@s y pareja hará que nuestra vida sea más fácil y armoniosa.
Pretender que un manzano de peras es inútil ¿verdad? Al igual que frustrante. Puedes intentarlo toda tu vida y no conseguirlo. Pues con la personalidad funciona igual. Pretender que tu hij@ con eneatipo 5 se relacione con gente, vaya a fiestas y tenga un grupo numeroso de amigos no te llevará a ningún lado. Lógicamente es un ejemplo muy básico ya que cada persona con Eneatipo 5 tiene sus matices.
Conociendo la personalidad de tu hij@ dejarás de insistir en aquellos áreas de su vida que sabes que no forman parte de él y por el contrario potenciarás aquellas otras que encajan más con su forma de ser.
Si lo necesitas puedo acompañarte en este proceso de autoconocimiento y así mejorar la relación con tus hij@s. Envíame un email si quieres más información o cualquier comentario que te surja a hola@marielmartinezterapeuta.com