Seguimos analizando las heridas del alma, a continuación de haber hablado de la del Rechazo, pasamos a analizar la del ABANDONO.
Abandonar es apartarse, alejarse, dejar a alguien.
Las personas que sufren esta herida de abandono sienten que no son queridos. No tiene que darse solo el hecho de que un progenitor haya abandonado a su hijo. Esta sensación de abandono del niño puede deberse a varios motivos como por ejemplo:
- Los padres que tuvieron que dejar a su hijo al cuidado de su abuela por una semana porque se iban de viaje.
- Hospitalizan al niño y no dejan a los padres ir a visitarlo.
- Con la llegada de un bebé nuevo en la familia, en la que ésta le presta toda la atención al nuevo miembro de la familia.
Las personas con esta herida suelen ser personas dependientes y que se sienten víctimas. Creen que no pueden lograr nada por sí mismos.
Estas personas se sienten “invisibles” por lo que les encanta llamar la atención, que la gente se dé cuenta que están ahí. Son las típicas que hacen preguntas en los intermedios de las conferencias al conferenciante, No soportan ser abandonadas, por lo que muchas veces son ellas las que abandonan primero en una relación de pareja. Antes de sufrir el abandono, abandono yo.
Las personas con esta herida no se sienten queridas. Tienen la necesidad de que los demás les hagan sentir queridos, importantes, tenidos en cuenta. Buscan siempre la aprobación de los demás; no necesitan su consejo sino más bien el beneplácito de que han tomado la decisión correcta con el objetivo de sentirse seguros.
Su mayor temor es la soledad.
La máscara de este tipo de personas es la de DEPENDIENTE, ya que buscan continuamente apoyo, seguridad en los demás para sentirse confiados.