Herida de Traición

La palabra traición significa ser desleal, infiel, deshonesto a la confianza que alguien tiene depositado en uno mismo. Se siente traicionado cuando se pierde la confianza en alguien en quien uno confiaba.

Esta herida se vive con el progenitor del sexo contrario, por el que el niñ@ sentirá una fuerte conexión de amor. Estos niñ@s suelen tener un fuerte complejo de Edipo.

Todos pasamos por esa fase de “enamoramiento” y apego con el progenitor del sexo contrario, aunque en diferente grado; es algo habitual. Es el momento en que el niño empieza a desarrollar su energía sexual (que no genital) de expansión a la vida.

La herida de traición surge cuando el niño siente que el progenitor del sexo contrario no cumple una promesa, falta a su palabra o no recibe la atención que necesita. El niño se había creado unas expectativas en base a las promesas de ese progenitor y se da cuenta que no va a ocurrir lo que espera. La niña no entiende por qué el padre le dice que va a jugar con ella y luego no lo hace; por qué le dice que es su “princesita” y luego no tiene tiempo para ella…La herida de traición se muestra cuando la niña empieza a sentir su ira con pensamientos así o con palabras. Tiene dos formas de expresar su ira: de manera hipócrita (diciéndole a su padre lo que éste quiere oír) o de manera más visible y agresiva.

Es común que las personas con la herida de traición hayan desarrollado antes la herida del abandono. Se sentían abandonados por el progenitor del sexo contrario; por lo que intentaban “seducirlos” llamando su atención. Desarrollan la fuerza necesaria para ocultar la herida de abandono y crean la máscara de controlador. Cuando más intenta llamar la atención de ese progenitor más expectativas se crea. Cuando se da cuenta que esas expectativas no se cumplen es cuando se empieza a crear la herida de traición. Las personas con ambas heridas creen que complacer=amar.

El mecanismo de defensa de las personas con la herida de traición es ponerse la máscara de “Controlador”. De alguna forma la persona con esta herida quiere asegurarse de que el otro cumpla sus promesas así como él cumplirá las que haga. De alguna forma quiere protegerse de que no le vuelvan a fallar las personas con las que se relaciona. Detrás de ese “control” hay en el fondo un miedo a ser abandonado. El controlador desarrolla un nivel alto de auto exigencia consigo mismo y con los demás. Quiere mostrar al mundo que es una persona responsable, de confianza, que la gente confiar en él.

Por ese motivo el aspecto físico del controlador muestra fortaleza, seguridad, poder. En los hombres suelen desarrollar hombros anchos y fuertes y un torso también fuerte. En el caso de las mujeres esa fortaleza se muestra más en las caderas, piernas y glúteos (suelen tener cuerpo en forma de pera). Suelen ser personas extrovertidas,  con una mirada intensa (como queriendo controlarlo todo) y una personalidad fuerte. Intentan convencerte de que su punto de vista es el correcto. Son personas ágiles y rápidas con poca paciencia y tolerancia para la gente que no las comprende. Las cosas deben hacerse a su manera y a su ritmo.

Estas personas viven continuamente en el futuro, planificando y previniendo situaciones posibles para asegurarse de que todo está controlado. Les resulta difícil confiar en la gente, por lo que les es difícil delegar.

Si quieres más información sobre esta herida u otros cuestiones sobre crecimiento personal, bloqueos..no dudes en contactarme a través de www.marielmartinezterapeuta.com o en RRSS (Facebook, Instagram, Youtube). Estaré encantada de acompañarte en tu proceso personal.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad
Abrir chat
1
Escanea el código
Hola, veo que deseas encontrar el camino del cambio, ¿hablamos?