Herida de abandono

Abandonar significa dejar, apartarse de otra persona, irse de su lado.

Puede haber algo de confusión entre la herida del Rechazo y la del Abandono. Mientras la primera tiene una energía, una connotación más firme y enérgica de repulsión; la segunda implica una energía más sutil, de indiferencia más bien.

Mientras la herida del Rechazo está más asociada al ser (por eso una de las cosas que hace el que la sufre es ser perfecto en el hacer); la herida del Abandono está asociada con el tener y el hacer (no hago lo suficiente y por eso me abandonas).

Algunos ejemplos que pueden reactivar la herida del Abandono:

  • Un niño que es dejado al cuidado de sus abuelos durante las vacaciones de verano.
  • Un niño cuyos padres trabajan muchas horas y le dejan al cuidado de una cuidadora.
  • Un niño cuyo padre es alcohólico y no le dedica el tiempo suficiente.

La herida del Abandono suele transmitirla el progenitor del sexo opuesto. Es probable que continúe apareciendo la herida en las relaciones con personas del mismo sexo que el progenitor que la transmite

El mecanismo de defensa de las personas con esta herida es ponerse la máscara de “dependiente”. Tienen la creencia de que no pueden lograr nada por sí mismos; por ello se rodean de gente de la que puedan depender, buscar apoyo. Necesitan continuamente a alguien de confianza a su lado; pareja, amigo/a, familiar…

Físicamente suelen ser personas delgadas, con falta de tono muscular, ojos tristes y espalda encorvada.

Las personas que sufren la herida del abandono suelen posicionarse en el lugar de víctima, esperando a que venga un “salvador” a rescatarle. Esa es la forma que tienen de llamar la atención y que les hagan caso. Así reciben el apoyo que necesitan y no se sienten abandonados.

Suelen buscar la aprobación de los demás en todo lo que hacen para sentirse apoyados y por lo tanto ganar seguridad en sí mismos. Confunden el “sentirse apoyados” con ser amados. Por ese motivo todo lo que hacen está dirigido a buscar ese apoyo, atención y ayuda de los demás.

La persona dependiente se siente responsable del estado emocional de las personas con las que se relaciona. Es como si se fusionase con ellas. Es un intento de hacer sentir bien al otro ya que de esa manera el otro no me dejará.

El mayor temor que tiene una persona dependiente es la “soledad”. No saben estar solos; se sienten desdichados, que nadie les quiere, que no son lo suficientemente buenos para el otro.

Para la persona dependiente es importante sentir que sus seres queridos están pendientes de él. Si es padre o madre busca esa dependencia en las muestras de amor de su hijo hasta llegar incluso a “asfixiarle o atosigarle” en sus demandas de amor y cariño. En el caso de un padre, la presencia de un hijo puede provocar el temor a no recibir toda la atención que recibía antes de la llegada del hijo. En el caso

de una madre, suele sentirse cómoda con hijos pequeños que dependen de ella; ya que de esa forma se siente importante para alguien (sus hijos).

La causa de cualquier herida es la falta de perdón del “daño” que le ha causado el progenitor correspondiente. Ese resentimiento por lo que se “le hizo” hace que siga atrayendo a su vida más experiencias que corroboren que estaba en lo cierto. Recordemos aquí cómo funciona la sombra y la proyección; juzgamos y criticamos en los demás aquello que no queremos ver en nosotros mismos. En el caso de la herida de abandono de alguna forma nos hemos abandonado a nosotros mismos o hemos abandonado a otras personas; pero no lo queremos ver; por ello lo proyectamos en los demás, que nos muestran esa característica que rechazamos.

¿Te has parado a pensar si te has dedicado demasiado a los demás olvidándote de tus necesidades y dando prioridad a las de los otros? Esa es una forma de abandono hacia tí mismo.

Si quieres más información sobre esta herida u otros cuestiones sobre crecimiento personal, bloqueos..no dudes en contactarme a través de www.marielmartinezterapeuta.com o en RRSS (Facebook, Instagram, Youtube). Estaré encantada de acompañarte en tu proceso personal.

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Hola, veo que deseas encontrar el camino del cambio, ¿hablamos?