El niño 7 experimenta una sensación inconsciente de desconexión de la figura sustentadora, generalmente la madre. Son sensibles a la frustración de haber sido privados del cuidado materno demasiado pronto. Es por ello que los niños 7 deciden, inconscientemente, cuidar de ellos mismos. Ante una “madre ausente” los niños 7 deciden atender sus necesidades por sí mismos. Estamos hablando siempre de la percepción del niño; no queremos decir que los padres no estuvieran presentes, sino que se dio un desencuentro entre las necesidades de los padres y el bebé que desencadenó en una frustración para el bebé 7. Con objeto de poder superar esta frustración estos niños aprenden a negar las emociones negativas y a potenciar las más positivas fomentando así el entusiasmo y su felicidad. Esto lo hacen teniendo muchos intereses al mismo tiempo, ya que es la forma que encuentran para no sentir la pérdida de la necesidad no satisfecha por su madre.
A los niños 7 también le influye mucho la “fase de separación de la madre”, propia del desarrollo de todo niño cuando aprenden a independizarse y a conocer su individualidad.
Una forma de arreglárselas en este proceso es lo que los psicólogos llaman “objetos de transición” que ayudan a los niños a superar el proceso y llevar la angustia que les provoca. Estos objetos pueden ser muñecos, mantitas y cualquier otra distracción que le interese al niño.
Esta falta de conexión del niño 7 con sus progenitores hace que estos niños se sientan desorientados en la vida. Les falta esa orientación de sus progenitores.
En su búsqueda de la felicidad los 7 pueden hacerlo de dos maneras:
Positiva o adaptativa: Cuando los 7 están equilibrados son personas curiosas, versátiles, con gran capacidad de aprendizaje que se anticipan a los acontecimientos. Prefieren actividades que les estimulan la mente, son ocurrentes y capaces de sintetizar información. Prefieren concentrarse en la elaboración de un proyecto, o cuando surgen dificultades, pero no en el proceso rutinario del desarrollo, ya que les aburre por su falta de estimulación de la rutina.
Poseen gran agilidad mental lo que les permite estar metidos en varias cosas al mismo tiempo. Son personas muy productivas.
Los 7 son personas optimistas, animadas y alegres e influyen positivamente en todos los que le rodean.
Ven el mundo como “un mundo de posibilidades” lo que les llena de entusiasmo por la variedad de experiencias que pueden experimentar. Hacen que la vida sea emocionante.
Negativa o desadaptativa: Cuando los 7 exageran esa búsqueda de felicidad buscando estimulación continua pueden llevar esa hiperactividad al límite y es entonces cuando se vuelven dispersos, ansiosos, impulsivos, con falta de concentración en lo que hacen.
La ansiedad que pueden tener las personas 7 por su falta de orientación la pueden gestionar de 2 maneras:
- Buscando continuamente actividades que les estimulen mentalmente en un “no parar”.
- Mediante “prueba y error” para saber lo que de verdad están buscando. Y cuando lo encuentran, enseguida se cansan y siguen buscando, porque lo que realmente les estimula es la emoción del principio más que la consecución de aquella emoción que nunca llega.
Los 7 que no están centrados pueden llegar a pensar en exceso en su futuro, planificando actividades estimulantes, que se olvidan de vivir el momento presente. Son personas que viven en el futuro.
Punto ciego y pasión: GULA
Lo más exacto es entender esta pasión en sentido metafórico como el intento de llenar el vacío interior con cosas y experiencias, aunque también se puede atribuir la gula en sentido literal a este Eneatipo. La gula puede hacer que las personas 7 puedan caer en adicciones y excesos en el alcohol, drogas, sexo ya que buscan indiscriminadamente llenar ese vacío que sienten huyendo así de la ansiedad que este les provoca.
La gula puede ser contraproducente a la larga ya que cuanto más se llenan más insatisfechos se sienten, al darse cuenta que ese vacío no consiguen llenarlo sucumbiendo a los placeres de la carne.
