Las personas con este tipo de personalidad fueron niños que no se sintieron valorados por sí mismos, sólo obtenían valoración si agradaban a los padres, si cumplían sus expectativas. De ese modo repiten aquello que los padres le aplauden. Sólo así recibirán la atención y admiración de sus progenitores. Es como si los padres le dijesen a sus hijos: “haz que me sienta orgulloso de ti”, “sé el mejor”, sólo así me tendrás contento.
Cuando los «3» no consiguen cumplir con las expectativas de sus progenitores se sienten inaceptables. Viven esforzándose continuamente por superarse y así ser reconocidos y valorados por los demás. Quieren proyectar una imagen de éxito para ocultar su falta de valía. Su valía depende de su éxito. Para ellos mejorar cada día es su reto personal y por ello son capaces de sacrificar sus propias necesidades. Valen en tanto son reconocidos y admirados.
Los «3» focalizan todo su esfuerzo en su rendimiento: profesional, académico, físico, social..reprimiendo sus sentimientos, ya que estos obstaculizan la consecución de sus objetivos. Se convierten en máquinas de consecución tratando de llegar a la excelencia.
En su búsqueda de valoración los 3 pueden hacerlo de dos maneras:
- Positiva o adaptativa: Los 3 en esencia son personas auténticas que brillan, destacan porque ponen su vida al servicio de los demás, honestas consigo mismo y con los demás. Son emprendedores y siempre se esfuerzan por sacar la mejor versión de sí mismas. Los 3 equilibrados son un ejemplo de autosuperación, esfuerzo y entrega en todos los ámbitos de su vida.
- Negativa o desadaptativa: Se vuelven adictos al trabajo, hiperactivos y muy competitivos. También pueden volverse vanidosos, falsos y egocentristas. Son personas obsesivas por destacar. Se vuelven personas con un sentimiento profundo de vacío y se cuestionan quienes son.
Punto ciego y Pasión: EL ENGAÑO/VANIDAD
Los «3» tienden a desarrollar una máscara adornando su personalidad con rasgos triunfadores de éxito. Son como el camaleón o el pavo real. Se adaptan al interlocutor con el que se relacionan para caerle bien, para gustarle. El hecho de que lleven todo el tiempo la máscara puesta hace que se olviden realmente de quienes son porque todo lo que hacen lo hacen para gustar a los demás y así garantizar el reconocimiento y valoración social.
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