Tal y como adelanté en el blog anterior Niño Interior (I) cuando nacemos y empezamos a relacionarnos con nuestro entorno mostramos unas necesidades básicas que, en la mayoría son cubiertas, aunque en ocasiones no como nosotros esperamos.
Según el libro de Lisa Bourbeau “Las cinco heridas del alma que impiden ser uno mismo”, que os recomiendo leer, la autora cataloga en 5 tipos las heridas emocionales que se forjan en nuestros 3 primeros años de vida debido a esa necesidad que el niño percibió como no cubierta.
Nada más nacer el bebé disfruta siendo él mismo, un ser puro y único que es perfecto tal cual es; pero pronto se da cuenta que, haciendo esto, siendo él mismo, altera el mundo de los adultos de su alrededor. Es entonces cuando percibe que no se le valora por quién es sino por su comportamiento/forma de ser en el entorno.
Este doloroso descubrimiento por parte del bebé (pasar de la alegría de ser él mismo a darse cuenta que no tiene derecho a ser él mismo) hace que este pase por 4 etapas, según define Lisa Bourbeau en su libro:
- El bebé es feliz siendo él mismo
- Conoce el dolor de no tener derecho a ser él mismo
- Llega el periodo de crisis, rebeldía
- Se transforma en lo que los demás quieren que sea, para disminuir ese dolor. Esto lo hace creando nuevas personalidades (máscaras) para ser aceptado en su entorno.
En el libro la autora habla de 5 máscaras que coinciden con las 5 grandes heridas fundamentales que vive el ser humano y son:
- Rechazo – Su máscara es: huidizo
- Abandono – Su máscara es: dependiente
- Humillación – Su máscara es: masoquista
- Traición – Su máscara es: controlador
- Injusticia – Su máscara es: rígido
En los siguientes Posts iré explicando en detalle cada una de las heridas y sus máscaras correspondientes. Mientras, si tienes alguna duda o quieres consejo, contáctame!
