El Ego: Qué es y cómo se manifiesta

Cuando hablamos de Ego enseguida pensamos en “orgullo” sin darnos cuenta que la forma que tiene de manifestarse es muy variada y diversa; y en la mayoría de los casos (entre un 90 y un 95% de las veces) no nos damos cuenta que está ahí, dirigiendo nuestra vida; nuestras conversaciones, nuestros actos, nuestros pensamientos.

¿Quién le ha dado permiso para dirigir nuestra vida? Pues hemos sido nosotros mismos, de pequeños. Hemos dejado que decida cómo debemos actuar y qué debemos pensar y todo esto lo hemos hecho con el objetivo de que nos proteja del peligro que representa el mundo “hostil” al que hemos llegado.

¿Qué es el Ego? Es ese conjunto de creencias que aceptamos como ciertas sin cuestionarlas y que se basan en las primeras experiencias que vivimos cuando venimos a este mundo. Esas creencias son las que condicionan nuestro comportamiento y hace que veamos el mundo, la

gente e incluso a nosotros mismos de una manera determinada. Se puede decir que es nuestro “guardaespaldas” y que está ahí para protegernos del dolor. Son esas voces que oímos mentalmente cuando por ejemplo nos sentimos rechazados: “total no merece la pena esa persona” “estás mejor sin ellos”, “Ellos se lo pierden”.

¿De qué dolor nos protege el Ego? Del dolor que nos genera que no se satisfagan nuestras necesidades básicas de amor, dolor, hambre…De bebés necesitamos de otras personas para sobrevivir. Y si esas personas no pueden cubrir esas necesidades en la medida en que las tenemos sufrimos y aprendemos a adaptarnos gracias a las “indicaciones de nuestro Ego”; conformándose así la máscara que llevaremos de forma más o menos permanente a lo largo de nuestra vida.

Ej: Un bebé llora porque tiene hambre. Algunas veces cuando lo hace viene la madre a atenderlo y darle de comer; pero otras veces la madre acude enfadada, molesta por los llantos de su hijo. Si esto se produce de manera reiterada el bebé interpreta que la madre no entiende sus necesidades y de manera adaptativa aprende a no necesitarla, a obviar sus necesidades. Siente rechazo hacia la madre ya que la respuesta que recibe a sus necesidades le causa más dolor que la propia necesidad de hambre en sí. Ello hace que en ese bebé, futuro adulto se cree un mensaje inconsciente, del Ego, que dice: “Para que voy a pedir lo que quiero si total no me van a hacer caso” y se vuelven personas desapegadas emocionalmente con dificultades para comprometerse en general.

El Ego tiene una intención primaria positiva y es la de protegernos del dolor y sufrimiento; pero en el fondo no sabe que esa protección nos acaba generando más dolor, que nos impide crecer y evolucionar. Esa protección consiste en anestesiar el dolor porque la herida sigue

estando abierta. Es como si tienes una herida en un brazo y la tapas con una venda sin haberla sanado. La herida sigue estando ahí, la infección no se curará sola si no haces por sanarla. Pues lo mismo ocurre a nivel emocional.

¿De qué formas se manifiesta el Ego?

Cuando quieres tener siempre la razón, sabes más que los demás; cuando usas YO, ME, MI en tus conversaciones; cuando interrumpes una conversación sin dejar hablar a la otra persona, no sabes escuchar; cuando ofreces ayuda a los demás sin que estos te la pidan; cuando criticas y juzgas lo que hacen los demás viendo sus fallos; cuando calificas cada experiencia o cada situación como buena o mala y no permites simplemente que sea neutra y necesaria para tu aprendizaje; cuando necesitas justificarte o defenderte ya que te tomas todos los comentarios de forma personal; cuando te comparas con los demás; cuando vives más en el pasado y todos los peligros y en el futuro que en el presente; cuando te sientes identificado con lo que haces o lo que tienes; cuando exageras en tus conversaciones usando “siempre” o “nunca”; cuando usas “tener que” o “debería” ; cuando buscas continuamente reconocimiento y aprobación.

¿Qué esconde el Ego? Mucho miedo (se basa en experiencias dolorosas del pasado para prevenirnos en el momento presente y futuro de no volver a vivenciar el mismo dolor), falta de amor y poca autoestima, valor propio.

Es importante poder “desenmascarar” al Ego cuando este quiere tomar el control y esto sólo se consigue aprendiendo a observar cuando esto pasa. De esta forma se irá tomando cada vez más conciencia de nuestras acciones. El hecho de que seamos adultos “más conscientes” hace que, en primer lugar mejore nuestra vida y nuestras relaciones y en segundo lugar, cuando se tienen hijos pequeños (sobre todo de 0 a 7 años), ello ayuda a que inculquemos a los pequeños de valores dándole herramientas para un futuro desarrollo emocional estable.

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Hola, veo que deseas encontrar el camino del cambio, ¿hablamos?