En el mundo en el que vivimos se nos exige desarrollar nuestro intelecto de forma “agresiva”. Se pide que sepamos negociar, pensar la mejor solución a un problema, gestionar empleados, proveedores, de la forma más beneficiosa para la empresa… incluso en el ámbito personal y familiar estamos inmersos en una vorágine que nos obliga a pensar. Vivimos desconectados de nuestras emociones, no hay tiempo para sentir, vivimos nuestras vidas con el piloto automático puesto: ahora me levanto, llevo a los niños al cole, voy a trabajo, recojo a los niños, preparo la cena y a la cama. Eso es todo?. En eso consiste la vida? Me niego a pensar que la vida se resume en este automatismo.
Las emociones son necesarias en nuestra vida, le dan sentido a nuestra existencia, nos hacen valorar lo que tenemos y luchar por lo que anhelamos. En definitiva nos vuelve seres humanos y no meros robots.
La meditación, al igual que otras técnicas que utilizamos en Terapia Transpersonal, nos ayuda a bajar la intensidad de nuestra actividad cerebral y conectarla con la emoción.
Igual puedes pensar que en el mundo “empresa” la emoción no se necesita, hay que ser frío y calculador si quieres tener éxito, no puedes/debes mostrar la debilidad con la que se asocia la emoción. Sinceramente no estoy de acuerdo. Cuanta gente de negocios aguanta un ritmo frenético sin desarrollar ninguna enfermedad como estrés crónico, depresión, ansiedad, tensión alta y un largo etcétera? La meditación ayuda en estos casos a calmar la velocidad de la mente, a desconectar y resetear tu cerebro por un tiempo, con lo que, a largo plazo la persona responde mejor. La calma mental que produce la meditación te hace ver la realidad con otra perspectiva, te aclara la cabeza.
No hace falta meditar por horas para que esto ocurra. Basta con empezar haciendo respiraciones y tomar consciencia de cómo entra y sale el aire de tus pulmones; simplemente eso, sin pensar en nada. Lógicamente los pensamientos seguirán llegando a tu mente, pero simplemente déjalos pasar, no te recrees en ellos. Puedes empezar haciendo 40 respiraciones conscientes todos los días y ya me dirás qué resultados tienes.
En la Candela de Mariel estaré encantada de ayudarte con otras técnicas de meditación si quieres profundizar más en el tema.